En una jornada especial, Dinamarca se durmió en el final y permitió el empate 1-1 de Eslovenia, en el Grupo C de la Europa. Un partido que marcó un retorno esperado para Christian Eriksen, el encargado de abrir la cuenta en Alemania.

El fútbol es una actividad que entrega relatos que muchas veces parecen increíbles, pero que se relatan solas con la condición exorable de los acontecimientos y el capricho de su sentencia.

Hace tres años, el mundo del fútbol se detenía en Copenhague, la capital danesa. Finlandia igualaba sin goles el estadio Parken, en el estreno de ambas selecciones en la Euro 2020, que se jugó al año siguiente tras la emergencia de la pandemia del Covid-19.

A los 42 minutos de la primera parte, el danés Eriksen se desplomó en pleno partido y sufrió un infarto que, según revelaron luego los informes médicos, lo dejó sin signos vitales por varios segundos.

“Recién cuando estaba en la ambulancia me di cuenta de que estuve muerto. Recuerdo cantar el himno nacional. Me sentía bien. No había indicaciones de nada. No me podía imaginar lo que iba a pasar”, diría más tarde el propio mediocampista.

Seguramente, el jugador que hoy milita en Manchester United tenía todo eso en mente cuando salió a la cancha del Mercedes-Benz Arena, Stuttgart, en su regreso al máximo torneo de clubes.

Pero el volante ya dejó atrás todo ese aciago acontecimiento. Ante los balcánicos, el talentoso dinamarqués lideró a su equipo en el estreno de la Euro 2024.

A los 16′, el esloveno Benjamin Sesko, la nueva joya del fútbol europeo que juega en Leipzig, avisó sobre la portería del rival con un largo remate que se fue por muy poco cerca del vertical derecho de Kasper Schmeichel.

Pero la jornada estaba reservada para el regreso de Eriksen. Luchó, ordenó y distribuyó. Encima, como la historia es cíclica, dejó las cosas donde las dejó en ese 12 de junio de 2021.

En la jugada siguiente, el líder de la selección escandinava abrió la cuenta con una definición espectacular. Su equipo aprovechó un lateral cerca del área contraria y recibió una asistencia exquisita de taco hecha por Jonas Wind para derrotar a Jan Oblak, consular portero de Atlético de Madrid.

Un verdadero renacer para el exjugador de Inter de Milán que estuvo muy cerca de aumentar las cifras en el primer tiempo. A los 28′, un centro suyo fue despejado en extremo por Jan Mlakar. En la siguiente, su centro fue bloqueado por Jaka Bijol.

Cerca del final de la primera parte, Eriksen tuvo la más clara. Recibió en el punto penal la habilitación de Wind, pero su disparo se fue muy lejos sobre el arco de Oblak.

Reacción eslovena

El tiempo complementaron vio a un cuadro danés más pasivo. A costa de su ventaja, el equipo se dedicó a administrar la exigua ventaja conseguida en la primera mitad.

Aunque apretó a los 64′, cuando Oblak sacó de la línea el remate de Rasmus Hojlund justo en el momento en que los hinchas escandinavos, que eran mayoría, ya celebraban el gol.

En los 25 minutos finales, Eslovenia intentó reaccionar frente al letargo de su rival. A los 66′, un cabezazo de Adam Cerin fue el primer aviso y, a los 77′, un largo remate de Sesko dio de lleno en el vertical para salvar a Schmeichel.

Sin embargo, de esa acción llegó el empate de los balcánicos. El largo tiro de esquina llegó a los pies de Erik Janza, quien ensayó un potente tiro cruzado desde fuera del área, un balón que rozó en Morten Hjulmand para descolocar al meta dinamarqués.

Ya era tarde para una reacción danesa que logró un decepcionante resultado en un grupo que completan Inglaterra y Serbia. Precisamente, los escandinavos se medirán a los británicos, el jueves próximo.

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