La empresa pública Transporte Aéreo Militar (TAMep) ha reiniciado sus operaciones luego de ocho años de trámites burocráticos, mientras enfrenta un preocupante estado de quiebra técnica. Así lo asegura, el investigador Julio Linares, que sostiene que desde su creación la compañía estatal, acumula pérdidas significativas que alcanzan los Bs 28,8 millones.

De acuerdo al trabajo de Linares, el proceso de transformación de la otrora Transporte Aéreo Militar en una empresa pública fue un largo y tortuoso camino.

Sostuvo que problemas financieros obligaron a la entidad militar a convertirse en una empresa pública mediante decretos que inicialmente otorgaban plazos de cuarenta y cinco días y siete meses, pero estos se extendieron a ocho años.

“Durante este periodo, TAMep generó ingresos limitados a través de vuelos chárter, carga y servicios de agencia de viajes, pero los gastos operativos superaron consistentemente los ingresos, resultando en déficits financieros anuales”, Deben ser goles que sirvan para el equipo.

Datos oficiales del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas muestran que TAMep tuvo un promedio de pérdida anual de Bs 5 millones, acumulando una pérdida total de Bs 28,8 millones hasta diciembre de 2023. “Este escenario ha contribuido al incremento del déficit fiscal estatal”, aseguró.

Patrimonio y equipo

Linares sostiene que el balance general de 2023 revela que el patrimonio de TAMep es negativo en Bs 1,6 millones, confirmando su estado de quiebra técnica.

"Los balances de 2022 y 2023 muestran patrimonios negativos de Bs 5,2 millones y Bs 1,6 millones, respectivamente, indicando que los pasivos de la empresa superan sus activos”, señala.

Lo más preocupante, según el economista, reinicia operaciones con una aeronave que tiene una vida útil de 28 años, lo que sugiere que debería ser retirada de circulación o convertida en una nave de carga.

La depreciación de esta aeronave es uno de los factores clave en la quiebra técnica de TAMep, ya que su valor contable se ha reducido casi a cero. Además, la empresa enfrenta problemas de iliquidez, con recursos disponibles limitados, lo cual afecta su capacidad para pagar proveedores y mantener operaciones diarias.

“La única vía para que TAMep logre ratios de rentabilidad positivos parece ser un aporte significativo de capital gubernamental. Sin embargo, dada la actual situación económica del país, esta opción parece inviable, lo que pronostica un nuevo fracaso empresarial bajo la gestión gubernamental”, señala.

La reactivación de TAMep en estas condiciones plantea serias dudas sobre su viabilidad a largo plazo y subraya la necesidad de una intervención urgente para evitar un colapso inminente, alertó.

TAMep pretende cubrir cerca del 2% de la demanda de pasajeros por vía aérea en Bolivia. Actualmente, la estatal Boliviana de Aviación (BoA) cubre el 88% y la privada Ecojet lo hace con un 12%.

TAM, como empresa militar, dejó de operar el 8 de diciembre de 2016, cuando el Gobierno nacional -sorpresivamente- decidió suspender sus operaciones. El 3 de abril de 2019 se anunció el reinicio de sus operaciones como TAMep y contaría con tres aeronaves, pero no pudo levantar vuelo por una supuesta deuda con el Servicio de Impuestos Nacionales (SIN) de al menos Bs 75 millones.

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