Oriente Petrolero volvió a sonreír. Es que la victoria por 2-1 ante la ‘U’ de Vinto en el Tahuichi, le entrega sus primeros tres puntos en el Clausura, además, que le da confianza en este nuevo transitar tras una previa difícil que se dio por la protesta del plantelllegaron de civily por los trapos mostrados en contra de la dirigencia que comanda Ronald Raldes.

Ganar de local era una obligación y fue por eso que apenas se movió el balón, el equipo se le fue con todo en procura de asegurar el resultado ante la ‘U’ de Vinto. Las opciones desperdiciadas por Diego Barreto (4) y Carlos Ventura (8) estando prácticamente solos ante el meta Gustavo Almada, anticipaban lo que se venía, aunque faltaba afinar.

El DT Víctor Hugo Antelo en más de una ocasión se tomó de los pelos por la ineficacia de su equipo, ya que además de las de Barreto y Ventura, se dio otra en la que nadie empujó un centro a ras de piso enviado por Enrique Áñez (22) que trepó desde la zaga. Nada que hacer para un Oriente que tenía supremacía en cancha pero que no lograba acertar a portería.

En el complemento, Tucho Antelo optó por incluir a Marcos Riquelme en vez del errático Barreto y con él en cancha hubo más presión arriba, ya que junto a él estaban Gílbert Álvarez y Ventura. La repuesta vino de inmediato ya que en la visita entraron Juan Cuéllar, Paolo Alcócer y Rodrigo Llano, aunque el panorama no varió mucho.

El 1-0 para Oriente llegó a los 56’ a través de Álvarez que a pase de García -en la jugada igual participaron Ventura y Riquelmedefinió ante un Almada que nada pudo hacer para evitar la caída de su portería. Y ese buen momento se ratificó a los 66’ en una contra también perfecta que acabó definiendo Riquelme. Ese 2-0 era un justo premio para Oriente.

Esta vez no se sintió el tema físico -hubo un paro por 20 días- ya que Tucho oxigenó bien al equipo en momentos clave del duelo. La inclusión de Kevin Salvatierra y Jorge Hugo Rojas mantuvo la presión por las bandas. Aunque la visita puso el 2-1 a través de Juan Cuéllar (81) el partido en su dimensión general no se movió, el dominio local fue contundente.

Pudo haber marcado un tercero y hasta un cuarto gol, pero falta afinar arriba, más aún sin Álvarez en cancha ya que tuvo que salir a los 87’ para el ingreso de Rojas. El triunfo permitió alegría en el equipo que tras el final se concentró en el centro de la cancha; es que ganar siempre trae un ambiente diferente más allá de la molestia que se hizo sentir en la previa en contra de la dirigencia.

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