Nicolás Núñez evoca los primeros momentos después de su traumática salida de Universidad Católica. “Estaba triste, muy frustrado en los primeros días. Para cualquier persona que pierde su trabajo es una cuestión natural. En mi caso, se agrega que tenía mucha ilusión, por mi vínculo con la Católica. Pensé que iba a tener un desarrollo ahí y no se hizo. Dos o tres días que fueron bien duros. Lo principal es una autocrítica. Parto con eso. Si no hubiese perdido el partido con Coquimbo, no hubiese salido de Católica. Es un dato súper claro y la responsabilidad es mía, por no haber transmitir lo importante de ese partido”, sentencia el ex entrenador cruzado, en la entrevista que concede a la radio ADN, en relación a un momento que nunca imaginó. Había llegado (o, en rigor, vuelto) al club transformado en el técnico del momento, después de un convincente paso por Magallanes. El plan se truncó.

Núñez acepta su parte, pero mira, también, hacia las ajenas. “Después viene otras cosas con las que uno puede estar de acuerdo o no. Que hay que tener convicción, el contexto en que está Universidad Católica al no poder jugar en su estadio, de una cancha que va mutando, varias cosas que han hecho que fuera un momento distinto a otros de Universidad Católica. Requería un poco más de paciencia, pero lo principal es que pude haber hecho cosas mejores. Sí o sí. Uno entra en momentos más reflexivos cuando tiene estas caídas. Esto es lo normal y lo anormal es ganar cosas constantemente”, detalla, precisamente, en relación a los imponderables que tuvo que vivir en su gestión.

El cambio de localía

Para Núñez, no poder ejercer la localía en San Carlos de Apoquindo terminó siendo crucial, porque se tradujo en desajustes de la idea de juego. “A la vista está lo de la localía. Si cambiábamos, le íbamos a provocar a los jugadores esa inseguridad. Para mí es importante un buen campo. Tuvimos, quizás, esa soberbia de que íbamos a hacerlo igual. En Magallanes, todos los errores tenían menos repercusión. Acá hay que ganar ayer, no mañana. Después nos fuimos acostumbrando y matizando en esa salida de balón. Fuimos encontrando en el tiempo, pero hubo varios partidos en que no lo hicimos bien. Eso es importante en esta pasada”, recalca, desde un punto de vista estrictamente técnico.

Luego, se remite a la sensación personal detrás del abrupto final de su aventura. “Estaba convencido y por eso fue doloroso, porque fue una sorpresa para mí. Siempre hay que tener claro el contexto en que uno llega. En el período en que llegamos y teníamos que terminar el campeonato. Se habló de no estar en el descenso. Y nosotros nos impusimos como cuerpo técnico entrar en la Copa Sudamericana y lo conseguimos. Cumplimos. En el segundo período, conformamos el plantel, que en el torneo pasado no tenía volantes y buscábamos levantar el rendimiento. En mi proceso, cuando iba a iniciar con todas las herramientas, que tampoco se dieron todas, dijeron ‘chuta, sabís, tres partidos, dos del torneo. En el único que ha ganado la UC estuvimos presentes, ante Palestino, que debe ser uno de los que mejores que juega. Y con Ñublense, dicho por los dirigentes, no debíamos perder. En el último sí, es un hecho: competimos muy mal en un partido definitorio. Eran tres partidos. Por eso fue sorpresivo”, establece.

Nicolás Núñez dejó de ser el técnico de la UC.

Nicolás Núñez, en un duelo de la UC. (Foto: Agenciauno) (ERNESTO GUEVARA/AGENCIA UNO/)

En ese escenario, admite errores. “Fue netamente mío ir a Perú. Fue dispararse en los pies. Me terminan evaluando por eso. Los primeros partidos no son para esa exigencia. Contra Alianza Lima armamos línea de cinco y terminamos 0-0″, grafica, respecto de un inicio de temporada que terminó jugando en su contra.

Después, retorna a la sensación que experimentó y a la disposición con que está hoy. “Lo traumático fue haber salido. La decepción con los días se va yendo, pero la energía la tengo presente. Cada uno tiene los tiempos. No me arrepiento en ningún caso de haber ido (a la UC) en tiempos en que para el club eran difíciles. Para mí fue una experiencia increíble. Espero que levantemos. Le hace bien al fútbol chileno”, concluye, hablando como hincha cruzado, una condición que, dice, nunca perderá.

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