La lista de políticos, analistas y notas de prensa que planteaban una debilidad del comité político de la actual administración debido a la pérdida de la mesa en el Senado y a lo que parecía una segura derrota en la de la Cámara de Diputados y Diputadas terminó por enmudecer ante la victoria obtenida por la diputada comunista Karol Cariola, por el estrecho margen de 1 voto.

El anterior baile que difundió por redes sociales su contendora, la diputada Joanna Perez y su negativa a responder preguntas en la radio Cooperativa sobre quienes eran el elenco que le acompañaría en su postulación en la mesa hizo que esta elección tuviera ribetes deportivos, y por tanto más dramáticos para la oposición que, pese a la mayoría que tiene en las encuestas, no logra encontrar un rumbo para encaminarse a los procesos que vienen.

El triunfo de Cariola tiene una triple significancia. Es la primera vez que un integrante de su partido preside dicho organismo, pese a su larga tradición parlamentaria. La propia Cariola había sido víctima de anteriores vetos por su condición militante, pese a su dilatada trayectoria legislativa y su propio perfil empático que le ha traído buenos resultados electorales. En segundo lugar, la diputada es la última presente en la Cámara de la llamada bancada estudiantil que surgió en la elección siguiente a los movimientos del 2011. Y como punto final, el triunfo del gobierno después del desastre en el Senado es un respiro de alivio para el comité político, y la demostración, pese a los agoreros, que el Ministro Elizalde conserva sus habilidades negociadoras. Esto será de trascendental importancia para tratar de sacar adelante lo que resta de agenda legislativa este año donde hay que literalmente ir diputado a diputado y ocupar lo que los analistas norteamericanos llaman estrategias de “pork barrel” para poder tener éxito en el edificio de la avenida Pedro Montt.

La manera como ocurrió la elección muestra la nueva realidad de la fragmentación política. El primer vicepresidente elegido es un ex diputado RN, ahora matriculado en la pyme política del profesor Parisi, lleno de excentricidades como colocarse una estrella de sheriff obtenida de una tienda de juguetes para creerse el Bukele chileno. Pero al frente las cosas no eran muy distintas. Su contendora fue elegida diputada en cupo DC, partido al que abandonó sin razón alguna, y además ella misma había firmado de su puño y letra un compromiso para apoyar al PC en la postulación a la presidencia de la Cámara.

Con una reforma como la que discutió la Comisión Experta, que busca disminuir la atomización de los partidos, esto no habría ocurrido. La presidencia de los cuerpos legislativos, como ocurre en todas las democracias, habría sido la manifestación de una mayoría electoral, o un acuerdo político de largo plazo. Los riesgos que implica para la degradación de la democracia son evidentes y se manifestarán en pequeñas operaciones que buscarán desbancar a la diputada Cariola, waa maxay, en justa razón, debió haber sido mucho antes presidenta de dicho cuerpo legislativo, como producto de un acuerdo de fuerzas maduras. Para la oposición esta derrota tiene además sabor amargo por la falta un voto republicano, que casualmente no se hizo presente. La centroderecha debiera sacar la lección y sumarse a una reforma política que reduzca la atomización existente, que si se cumplen los vaticinios de las encuestas, terminará afectándolos en la gestión de la próxima administración.

Por Carlos Correa, Ingeniero civil industrial, MBA.

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