“¡Basta de explotación laboral!”, claman las trabajadoras de aseo urbano que bloquean el vertedero

El paro de 72 horas y el bloqueo del vertedero municipal de San Miguel de los Junos por parte de los trabajadores de aseo urbano de Santa Cruz de la Sierra se mantienen firmes, a pesar de las advertencias de la Alcaldía cruceña.

Las trabajadoras, que son la mayoría del personal en pie de guerra, denuncian explotación laboral, largas jornadas de trabajo sin pago de horas extras y la precaria situación en la que se ven obligadas a realizar su labor.

“¡Basta de explotación laboral!”, clamó una trabajadora en contacto con EL DEBER. “Necesitamos que nos achiquen la zona, estamos cansadas de que las mujeres estemos trabajando como varones, 12 horas al día sin que nos paguen horas extras. Necesitamos apoyo de los concejales. ¿Dónde está el alcalde? Por favor, que luche por nosotras las mujeres”, añadió.

​Desde este lunes, los trabajadores de aseo urbano de la capital cruceña bloquearon el ingreso al vertedero municipal de San Miguel de los Junos.

La medida de presión va a la par del paro de 72 horas que acata el sector e impide el recojo de residuos en la ciudad, lo que ha provocado que las calles se encuentren llenas de basura.

“Vamos a continuar hasta que el señor Modesto Márquez de la empresa Piraí o el señor gerente de Emacruz, Ricardo Oviedo, venga y pongan su cara aquí (en el vertedero), que hablen con nosotros, que vengan y atiendan nuestras demandas”, dijo otro trabajador.

Los trabajadores de aseo urbano exigen el pago de los sueldos adeudados, así como los bonos y primas que les corresponden. Además, piden mejores condiciones de trabajo y el respeto a sus derechos.

“No tenemos miedo, vamos a continuar hasta que se haga justicia y nos hagan valer nuestros derechos”, afirman con determinación las trabajadoras, quienes impiden el ingreso y la salida de los camiones recolectores de basura.

“Somos casi todas mujeres, madres y señoras mayores”, recalcan, indignadas por la represión policial que sufrieron durante sus protestas el 1 de mayo, justo en el Día del Trabajador. “Nos mandan a gasificarnos, nos tratan como si fuéramos delincuentes. Solo pedimos que hablen con nosotros y pongan la cara”, lamentan.

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